En ese lugar, el biólogo Enrique Muñoz, ha hecho varios estudios y seguimientos de rapaces como cernícalo o lechuza blanca. Con él me encontraba para echarle humildemente una mano para estudiar el desplazamiento que sufre en la zona la lechuza blanca con respecto al cárabo.
Acabábamos de llegar, casi a la vez. Aparcamos en los aparcamientos y yo me bajé del coche para recibirlo. Comenzamos una charla antes de empezar con el trabajo, aún ni habíamos cerrado las puertas de los coches, cuando de repente, el silencio de la noche se vio interrumpido por los inconfundibles gruñidos del lince. Eran una hembra adulta con sus dos crías, que se acercaban jugando, gruñendo y corriendo hacia nosotros sin importarles para nada nuestra presencia. Nos quedamos de piedra, sin respirar ni hacer ruido para no molestar. Luego se tranquilizaron e hicieron el amago de irse cuando de repente la hembra se acercó a mi coche, lo bordeó y capturó un conejo delante nuestra, a escasos metros. Cuando pensábamos que la cosa no podía ser mejor, la hembra se sentó delante nuestra a comerse el conejo y nos regaló los mejores 20 minutos de nuestras vidas.
Mientras la hembra se comía al lagomorfo, se oían a los dos cachorros gruñir, escondidos tras unos matorales a un par de metros de la madre.
Lo mejor es que pudimos documentar un comportamiento que llevábamos tiempo observando: cuando la abundancia de conejos lo permite, los linces pueden permitirse el lujo de comerse solo la parte más nutritiva (jugos encefálicos) y desechar el resto, siendo habitual encontrar varios conejos decapitados y sin comer el resto del cuerpo.
También pudimos documentar que la hembra limpia el cadáver del conejo antes de dárselo a sus crías, eliminando estómago e intestinos con precisión de cirujano.
Restos de intestinos y excrementos del conejo predado |
Si alguna vez tienes la suerte de que un lince se cruce en tu camino, párate, cállate y disfruta del momento. Molestar y perseguir a los animales salvajes no es ético ni legal.
Como dato decir que las últimas tres lechuzas blancas encontradas estaban muertas y que en este muestreo no la pudimos detectar.
Que triste que el humano haya invadido su territorio de esa forma. Preciosas imágenes.
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