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viernes, 29 de noviembre de 2019

El celo del Bufo spinosus. Vida y muerte en la charca.

El 24 de noviembre de 2019, sobre las 19:00 horas, en una charca recién formada en el Parque Natural de los Alcornocales (Tarifa, Cádiz), tenía lugar la primera congregación de sapos comunes ibéricos (Bufo spinosus) con la intención de reproducirse. Lo hacían al día siguiente de las primeras lluvias otoñales, aprovechando el encharcamiento de una zona de reproducción anfibia histórica, donde se reproducen, además, el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), la rana común (Pelophylax perezi) o la ranita meridional (Hyla meridionalis).

Se observaron 6 parejas acopladas, 12 machos errantes, y 4 hembras solitarias (28 en total).
Los sapos estaban activos desde finales de septiembre, saliendo todas las noches a campear en busca de alimento y acercándose a las zonas de reproducción.




Al día siguiente se volvió al lugar para realizar otro conteo de sapos y parejas. El resultado fue: 3 parejas acopladas, 3 machos errantes, 1 hembra solitaria atacada en la cabeza y moribunda y al menos, restos de 12 sapos predados por, posiblemente nutria (Lutra lutra).
A pesar de que otros mustélidos como el turón (Mustela putorius), también los predan así, la nutria es la principal sospechosa, ya que habita en un río colindante y conoce bien el lugar. Estos mustélidos despellejan a los sapos con perfección para evitar el veneno de las glándulas parótidas y los evisceran para después consumirlos.


Afortunadamente, el ciclo de la vida continúa, ya que, además de haber "supervivientes", las hembras fueron predadas después de cumplir su propósito de la reproducción, llenando la zona inundada con miles de huevos que serán los encargados de perpetuar la especie.