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martes, 19 de junio de 2018

Los rastros del morito (Plegadis falcinellus)


En una escorrentía sobre un campo de cultivo, producto del excesivo uso del arado, junto al desbordado arroyo El Salado de Morón dirección al pantano Torre del Águila y después de haber atravesado la escarpada orografía del Mogarejo, se encontraba este bello y solitario ejemplar de morito común (Plegadis falcinellus). Estaba perforando insistentemente con su largo y curvado pico  el fango de la orilla e incluso lo hacía dentro del agua, buscando cualquier alimento que llevarse a la boca.
Rastros de morito



El morito común se alimenta principalmente de crustáceos y demás invertebrados acuáticos, tales como gasterópodos, anélidos, insectos y sus larvas (coleópteros, ortópteros, tricópteros, dípteros, odonatos, etc) y en menor medida, de peces, anfibios y sus larvas e incluso reptiles ocasionalmente. Junto el morito, había un chorlitejo chico (Charadrius dubius) que también buscaba comida y una pareja de cigüeñuelas (Himantopus himantopus) en su nido que se ponían alerta cada vez que el morito se acercaba más de la cuenta. Además, alcaudones (Lanius senator y L. meridionalis), abejarucos (Merops apiaster), pardillos (Carduelis cannabina), jilgueros (Carduelis carduelis), verdones (Chloris chloris), verdecillos (Serinus serinus), ruiseñores (Luscinia megarhynchos), zarceros (Hippolais polyglotta)y hasta un meloncillo (Herpestes ichneumon) que se acercó a beber agua completaban la observación del día. Todo esto observado desde un sendero de corto recorrido transitable con vehículos de motor y cercano a varios núcleos urbanos, por lo que se convierte en un lugar donde personas con movilidad reducida pueden disfrutar de una actividad tan gratificante como la observación directa de animales sin causarles ninguna molestia alguna.
Pero me centré en el morito y en las cerca de dos horas que se llevó picoteando sin parar, toda la orilla de la escorrentía dejando a su paso cientos de metros de sus rastros. De hecho, yo me fui y el morito siguió en su quehacer durante no sé cuánto tiempo más.



Antes de irme, aprovechando que el morito ya se había alejado unos 300 ó 400 metros de donde yo estaba, me acerqué a observar y documentar sus rastros, no tanto por sus huellas sino por las miles de marcas que había a lo largo de la orilla, producto de su constante búsqueda de alimento y que, de no haberlo visto cómo los hacía, difícilmente habría podido adivinar su autoría, sobre todo porque se trata de un ejemplar solitario que lleva unos meses viviendo en la zona.

El morito común (Plegadis falcinellus) es un ave El morito es un ave de la familia de los Threskionithidae, cada vez más abundante en las zonas aledañas a las marisma
s del Guadalquivir. Hace tiempo que recoloniza lugares donde antaño habitaban y vuelven a establecerse con bastante estabilidad y signos de expansión, al parecer, favorecida por el cambio climático (entre otros factores). Aunque es un ave de comportamiento migratorio, las poblaciones españolas son residentes y solamente realizan cortos  desplazamientos en determinadas épocas para buscar alimento y vuelven a las colonias de cría para reproducirse.