lunes, 2 de julio de 2018

Los mamíferos de La Campiña Sevillana (Utrera y alrededores)




La Campiña Sevillana es un lugar hostil y duro. De veranos calurosos y con apenas árboles que den sombra, el riesgo de incendio siempre es alto. En invierno, sin árboles que agarren el suelo y corten el viento y el excesivo y mal manejo del terreno por parte de la agricultura intensiva hacen que la vida en estos lugares no sea fácil.
Sin embargo, aún quedan lugares que, gracias a su orografía, ha sido imposible arar y han quedado como testigos de lo que hace un tiempo fue bosque mediterráneo. Los pequeños arroyos conectan estos pequeños bosques-isla y sirven de corredor para los animales que aún sobreviven en la zona a pesar de la presión humana.
Lata de maíz usada por los pescadores
Basura en el pantano
Estos lugares suelen estar abandonados por las administraciones y son usados habitualmente por los cazadores furtivos para llevar a cabo sus ilegalidades con total impunidad. Muchos de estos sitios pertenecen a los ayuntamientos, que llevan décadas sin invertir un solo euro en la conservación y recuperación de dichos lugares, siendo cómplices y responsables de su decadencia. Así nos encontramos parajes naturales en el término municipal de Utrera totalmente abandonados, usados como arma electoral para echarse las culpa los unos a los otros o como moneda de cambio para asfaltar vías pecuarias y así "pagar" los votos a costa del patrimonio natural de todos. Lugares como el Pinar de Doña, el Brazo del Este del Guadalquivir o el Complejo Endorreico de Utrera solo sirven para que los políticos de turno vayan a hacerse la foto para salir en los medios y hacer creer a las masas que se preocupan, pero la realidad es que los que conocemos y llevamos estudiando las zonas durante mucho tiempo sabemos que el abandono es tan evidente como la regresión de dichos parajes.
A pesar de todos estos problemas, la vida se abre paso como puede, sobreviviendo al desinterés de los ególatras que no hacen nada ni dejan hacer, a la sobreexplotación agrícola y a la caza.
Los carnívoros son un grupo de animales que se dejan ver poco pero que si sabemos "leer" el campo, podremos confirmar su presencia basándonos en los diferentes rastros que dejan (huellas, excrementos, madrigueras, etc). Son tan esquivos que hasta los que dicen ser más de campo, ignoran que convivan con estas "alimañas" (como muchos los llaman) y es eso seguramente los que les ha permitido a estos mamíferos seguir habitando estos lugares tan inhóspitos.
Huella de nutria
Meloncillo
La nutria es un animal que lleva habitando nuestros arroyos y ríos muchos años (seguramente siempre estuvieron). Estuvo a punto de desaparecer por culpa del mal estado de nuestras masas de agua pero se vieron beneficiadas por el desastre medioambiental que supone la presencia de especies invasoras como el cangrejo rojo americano a las diferentes especies de peces dañinas para nuestros ecosistemas liberadas sin pudor ni rigor científico por parte del sector de la pesca.

Los zorros y los meloncillos son los más abundantes gracias a su versatilidad a la hora de alimentarse y de ocupar distintos biotopos.


Las ginetas y las garduñas son algo más exigentes a la hora de elegir hábitat y por eso están más localizadas en lugares que cumplen con sus exigencias.


El tejón es otro habitante desconocido de nuestros campos, más abundante de lo que se podría pensar si nos basamos solamente en observaciones directas. Sin embargo, su presencia es más que evidente cuando hacemos muestreos en zonas susceptibles de ser habitadas por el mustélido.




Huella de jabalí (registro directo)

Hasta cabras monteses y jabalíes se dejan ver de vez en cuando por nuestro término municipal buscando los lugares que un día habitaron pero que ya no existen por culpa de la destrucción humana.
Incluso se puede ver de vez en cuando (aunque no es nada habitual) ciervos y corzos solitarios buscando lugares donde instalarse.









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